El té blanco es uno de los seis tipos de té producidos a base de hojas y brotes de Camellia sinensis (la planta del té), que se cultiva en más de 60 países del mundo. Toda una fuente de propiedades beneficiosas, tiene un sabor naturalmente dulce, agradable y especial.

¿De dónde proviene el té blanco y dónde se cultiva?

Son algunas de las preguntas más frecuentes planteadas por los que se acaban de iniciar en el mundo del té. Conviene aclarar, que el té blanco es solamente una variedad de té que se elabora a partir de los brotes y hojas jóvenes de Camellia sinensis, la planta del té. Esta misma planta se utiliza para la producción de todos los tipos de té (verde, azul, rojo, etc.), por lo tanto el té blanco se puede elaborar en cualquier parte del mundo donde se cultiva la planta del té. La principal diferencia entre los diferentes tipos del té (blanco, rojo, negro, oolong, etc.) reside en el modo de producción, pero todos ellos provienen de la misma planta Camellia sinensis.

Dentro de las diferentes variedades de té, los tés blancos son considerados los más delicados y exquisitos, con sabores muy sutiles y refinados. Carecen de esas agudas notas herbáceas que a menudo se pueden encontrar en los tés verdes.

Historia y orígenes

Según consta en los documentos históricos, los primeros tés blancos comenzaron a producirse en China a finales del siglo XVIII, aunque su primera exportación a Europa tuvo lugar mucho más tarde. El creciente interés por los hábitos alimenticios saludables, los nuevos estudios realizados acerca de las propiedades del té blanco, así como las campañas realizadas para promover la cultura del té a finales del siglo XX impulsaron el crecimiento de su consumo, otorgándole una merecida e inmediata fama mundial.

En fin, ¿podría alguien renunciar al placer de degustar una bebida preparada por la misma naturaleza que muchos años atrás fue reservada para los emperadores chinos y conocida por su exquisitez como el “champán” de los tés?

 

planta de te cultivada para hacer te blanco

Fujian, la cuna de los tés blancos

Se considera que el auténtico té blanco proviene originalmente de la provincia de Fujian (China). Hoy en día, se produce en varias regiones productoras de té en China y también en cantidades limitadas en India, Sri Lanka y otros lugares.

El varietal chino ‘Da Bai‘, seleccionado en el siglo XIX para la producción de té blanco, contribuyó a la fama y, al mismo tiempo, trajo beneficios económicos a dos condados de la provincia de Fujian: Zhenghe y Fuding. El estilo de producción en Zhenghe es ligeramente diferente que en Fuding (aquí el marchitado se lleva bajo la luz del sol durante más tiempo que en Zhenghe), siendo este último el referente mundial para la producción del té blanco y famoso por sus tés más exquisitos.

Las gruesas y largas yemas del varietal ‘Da Bai’ parecen ser de color blanco plateado, tal y como indica su nombre en chino (‘da’ se traduce como “grande y ‘bai’ significa “blanco”). Este efecto se produce debido al finísimo vello blanco que recubre toda su superficie y se conoce científicamente como tricoma lanosa. Esta especie de “pelusa” que tapiza toda la superficie de la yema y produce una sensación suave y aterciopelada al tacto, sirve para defender los brotes de la planta contra los ataques de insectos, del frío y del exceso de la luz solar.

El té blanco producido de la varietal “Da Bai” es muy apreciado entre los amantes del té por el delicado y, al mismo tiempo, complejo sabor que destaca por su característico dulzor natural y un gran abanico de matices sutiles y refrescantes.

Tipos de té blanco en China

Como ya hemos mencionado anteriormente, todas las variedades (auténticas) de té blanco provienen del mismo varietal “Da Bai” y se producen siguiendo los mismos pasos de elaboración que admiten pequeñas variaciones dependiendo de la zona donde se producen o las condiciones climáticas que pueden condicionar reducir o alargar el tiempo marchitado o secado dependiendo del nivel de la humedad, la cantidad y la intensidad del sol.

En este caso, ¿qué es lo que diferencia un té blanco puro de otro? La respuesta es: el tipo de la cosecha, es decir, la materia prima que se obtiene de la planta del té para la producción del té blanco puro. En China cada uno de estos tés lleva su nombre propio.

1. Bai Hao Yin Zhen (Agujas de Plata)

Este es el grado más alto de té blanco que se puede encontrar en el mercado. Se recoge a principio de primavera y se elabora únicamente a partir de las yemas de la planta del té. El auténtico y más apreciado té blanco ‘Agujas de Plata’ que proviene de la región china Fuding y se obtiene del varietal “Da Bai”.

Se estima que para elaborar un kilo de Agujas de Plata es necesario cosechar a mano alrededor de 10.000 brotes de té, una de las principales razones que hace disparar su precio en el mercado.

El color de la infusión del té blanco Agujas de Plata es casi transparente y su sabor es muy delicado y extremadamente aromático, con notas sutiles a miel, flores y frutas.

hojas secas de te blanco chino agujas de plata

2. Pai Mu Tan (Peonia Blanca)

Pai Mu Tan se produce del mismo varietal Da Bai que Agujas de Plata, pero para su producción no solamente se recogen los brotes sino también la primera y la segunda hoja de la planta del té.

Brinda una infusión de color amarillo pálida y un sabor más potente que Agujas de Plata, con notas prominentes a moscatel y leche de soja.

Gracias a la combinación de la sutileza aromática de sus delicados brotes y un gusto más intenso de las nuevas hojas jóvenes de la planta, té blanco Pai Mu Tan marca un sabor perfectamente equilibrado y prolongado que inunda el paladar.

Su precio es mucho más atractivo que el de Agujas de Plata, al ser su recolección menos laboriosa.

3. Gong Mei (Ceja Tributo)

Gong Mei es el tercer grado del té blanco puro. Para su elaboración se utilizan también la tercera y la cuarta hoja de la planta Camellia sinensis con la proporción menor de brotes, menos gruesos que los de Agujas de Plata y Peonia Blanca.

La cosecha de Gong Mei suele tener lugar en otoño, y el tamaño de los brotes es más pequeño comparado con las hojas ya abiertas de Camellia sinensis. El sabor de Gong Mei es más intenso y menos aromático que el de los dos grados anteriores.

4. Shou Mei (Ceja Vida Larga)

Shou Mei es el cuarto y el último grado del té blanco chino. La cantidad de brotes en este té es muy inferior y el color de sus hojas es más oscuro, debido a la concentración de mayor cantidad de humedad en el aire a la hora de su recolección.

La cosecha de Shou Mei tiene lugar después de Bai Mu Dan (finales de primavera y verano), cuando el aire es más húmedo y las hojas de té se oxidan más rápidamente. Por lo tanto, el sabor de Shou Mei recuerda más a los tés oolongs de leve oxidación.

Intensa y de color más oscuro, la infusión de Shou Mei carece de la complejidad y sutileza propias de los grados superiores del té blanco chino, pero le gana en cuanto al precio y a la profundidad de sabor.

¿Cómo se produce el té blanco?

La producción de té blanco puro es un proceso único y especial. Su elaboración incluye únicamente dos pasos: MARCHITADO y SECADO. En realidad, estos dos procesos ocurren prácticamente simultáneamente.

 

hojas frescas de te blanco elaboracion marchitado secado

 

Para elaborar el té blanco, los brotes y las hojas recién recogidos se extienden en una capa fina sobre una tela o una cesta de bambú plana y redonda. Durante el marchitado, el agua se evapora gradualmente de las hojas y éstas se vuelven más fláccidas y se van secando poco a poco. La etapa de marchitamiento ocurre a la sombra de la luz solar y en el interior hasta que la humedad se reduce dentro de la hoja de té y comienzan a formarse diversos compuestos aromáticos. Al final del procesado el té blanco tiene una apariencia de lo más natural, ya que sus hojas ni se enrollan ni se tuestan como durante la producción de otras variedades de té.

Así de fácil, como puede parecer a simple vista. No obstante, este procedimiento requiere una gran cantidad de conocimiento y habilidad. El tiempo es crucial, así como las condiciones climáticas y el control estricto del aire, la humedad y la temperatura durante las etapas de producción. Si el marchitado tarda demasiado tiempo o es demasiado corto, obtendremos como resultado un té de menor calidad, lo que afectará negativamente tanto a su sabor como a sus propiedades saludables.

A diferencia del té verde, cuyas hojas son tratadas con calor para desactivar las enzimas y detener la oxidación, el té blanco se produce mediante el lento proceso de secado natural. Por lo tanto, los brotes y las hojas jóvenes de la planta del té cosechados para la producción del té blanco se manipulan con mucho cuidado para no dañar su estructura y evitar así su oxidación durante el proceso de elaboración.

Si las hojas no se tratan debidamente y su integridad se deteriora, comenzará el proceso de oxidación propio del té negro pero indeseable en los tés blancos. Aun así, durante el proceso de producción del té blanco, las hojas de té comienzan a oxidarse ligeramente y la oxidación continuará hasta que las hojas se sequen, manteniendo su forma natural. Por lo tanto, los tés blancos se consideran levemente oxidados.

 

hojas secas de te blanco agujas de plata

Propiedades beneficiosas del té blanco

Función antioxidante

Numerosos estudios han demostrado que el té blanco es una importante fuente de polifenoles, compuestos químicos que se encuentran de forma natural en la planta Camellia sinensis.

Uno de los grupos más grandes de polifenoles en el té se conoce como catequinas o flavanoles. Las catequinas son pigmentos sintetizados por la planta del té que constituyen alrededor de 30 – 40% de los compuestos sólidos de la infusión de té blanco. Son responsables de algunas propiedades organolépticas del té, añadiendo un toque astringente a su sabor.

En cuanto a los efectos saludables, las catequinas tienen un gran potencial antioxidante y aportan un gran beneficio para nuestro organismo. En los últimos años se ha demostrado que el nivel de catequinas en el té verde es similar al de algunas variedades del té blanco, por lo que el té blanco puede ofrecer los mismos beneficios que el té verde. Las siguientes son algunas de las propiedades antioxidantes del té blanco.

Luchan contra el estrés oxidativo y radicales libres

Protegen nuestro cuerpo contra el estrés oxidativo y ayudan a prevenir alteraciones indeseables en nuestro organismo, tales como el envejecimiento prematuro y los daños de radicales libres. Los radicales libres son sustancias utilizadas por nuestro organismo para combatir virus y bacterias, pero su exceso puede ser perjudicial para nuestra salud si no tenemos suficientes antioxidantes para poder contrarrestar su efecto dañino.

Tomar té blanco ayuda a subir los niveles de antioxidantes que bloquean y neutralizan los radicales libres, estableciendo el equilibrio y previniendo procesos inflamatorios o neurodegenerativos que pueden afectar seriamente nuestra salud.
De tal manera, el consumo del té blanco puede resultar un perfecto aliado en la lucha contra el tiempo, favoreciendo la longevidad y reduciendo el riesgo de padecer varios tipos de cáncer. Su efecto anticancerígeno fue demostrado durante las numerosas investigaciones epidemiológicas llevadas a cabo en muchos países del mundo.

Previenen enfermedades Cardiovasculares

Las propiedades antioxidantes en el té blanco desempeñan un papel importante en la prevención de enfermedades cardiovasculares, relacionadas con alternaciones en el correcto funcionamiento del corazón y de los vasos sanguíneos.

Los estudios realizados en Japón y los Países Bajos demostraron la importancia de los antioxidantes para la disminución del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y la prevención de aterosclerosis. Además, la defensa antioxidante nos sirve para evitar la oxidación del colesterol y prevenir el desarrollo de los coágulos dentro de los vasos sanguíneos, que puede desencadenar trombosis.

Mientras el consumo de tabaco y alimentos ricos en grasas saturadas tienen un efecto inverso, provocando lesiones a las arterias y reacciones inflamatorias, los antioxidantes ayudan a mejorar el flujo sanguíneo y a eliminar sustancias tóxicas de nuestro organismo.

 

infusion de te blanco y sus beneficios

 

Puede ser beneficioso para tratar obesidad y diabetes

Aunque las propiedades adelgazantes del té no han sido estudiadas suficientemente para demostrar una clara correlación entre el consumo del té y la pérdida de peso, es muy probable que el té influya positivamente en la reducción de la masa corporal.

Varios estudios al respecto indican que los antioxidantes del té ayudan a activar y normalizar el metabolismo celular, lo que puede tener efectos beneficiosos para normalizar el peso y prevenir la obesidad. Las catequinas presentes en el té pueden ayudar a disminuir los niveles de lípidos acumulados en algunas de las células y tejidos del nuestro cuerpo, tales como el hígado. Se considera que la combinación de catequinas y cafeína (que también se encuentra en el té blanco, a pesar de las numerosas fuentes que hablan de su ausencia) estimula la oxidación de la grasa e induce la termogénesis (una reacción metabólica que ayuda a quemar grasa y calorías).

Según algunas investigaciones, el secreto de éxito consiste en combinar el consumo del té con una dieta saludable y ejercicio físico. Bajo estas condiciones, el efecto adelgazante del té se ha visto multiplicado.

Mejora de la piel y efecto antiviral y antibacteriano

Entre otras virtudes del té se encuentran las propiedades antibacterianas y antivirales, las que nos protegen contra varios tipos de infecciones, entre ellas las intestinales. El consumo del té puede incrementar las cantidades de bífidobacterias y lactobacilos en nuestro intestino. Se trata de dos tipos de bacterias ampliamente conocidas por su efecto probiótico. Los probióticos también ayudan a restaurar la flora intestinal, prevenir la colitis ulcerosa y combatir los estafilococos. Además, sirven para reforzar nuestro sistema inmunológico.

El té también puede ejercer un efecto antihistamínico, reduciendo las respuestas alérgicas de nuestro organismo que pueden provocar varias enfermedades cutáneas, como dermatitis, urticaria, etc.

Fuente de vitaminas y minerales

Tomar té es un hábito muy saludable ya que ayuda a mantenernos hidratados y proporciona un gran aporte de nutrientes necesarios para protegernos contra una serie de enfermedades y mejorar nuestra salud física y mental. Se ha demostrado que el té es una bebida rica en vitaminas B, C, K, E y minerales como zinc, calcio, potasio y manganeso.