La presencia de las frutas y verduras en las dietas actuales vuelve a ser tan protagonista como lo fueron en el pasado, cuando estos alimentos eran los más asequibles para comprar o se producían en huertos domésticos que valían para alimentar a la familia. La tendencia realfooder que triunfa actualmente en todo el mundo ha vuelto a poner en valor todos los beneficios de estos alimentos para la salud, motivando que sus seguidores hayan vuelto a disfrutar de estos platos de siempre donde el organismo encuentra todo lo que necesita para mantenerse en buen estado y sentirse bien.

Cada uno de los alimentos que se recomiendan en este tipo de dietas cuenta con beneficios y usos propios que los hacen atractivos para sus consumidores, además del propio gusto de cada uno. En esta ocasión hemos querido dirigir nuestra mirada hacia un cítrico de tradición antigua que ha cobrado importancia en los últimos tiempos: la bergamota. Sin duda, un fruto todoterreno en el que podremos encontrar un gran aliado para muchos aspectos de nuestra salud.

¿Qué es la bergamota?

Citrus bergamia es el nombre técnico que la ciencia y la botánica le dan, aunque en el lenguaje común se le conoce como pera del Bey, pera de Bey o bergamota, que es como nosotros le diremos y la forma con la que la mayoría se refiere a este peculiar cítrico. Su sabor entre agrio y ácido lo hace parecido en parte a la naranja y en parte al limón o la lima, aunque lo cierto es que su gusto es del todo particular. Quizá por ello se haya convertido en un fruto tan querido para quienes buscan ese toque distinto a lo convencional.

En cuanto a su forma, podríamos decir que tiene un parecido razonable con la pera común (de hecho, hemos dicho que uno de sus nombres es “pera del Bey”), pero se puede diferenciar perfectamente de ésta gracias a la rugosidad de su piel, similar a la del limón cuando se encuentra en el punto álgido de su maduración. Además, al abrirla la encontraremos dividida en gajos, al modo de la familia de los cítricos, por lo que el único símil con la pera es su figura redonda y acampanada hacia abajo.

Como muchos pensarán, el término “bergamota” no es parecido a la palabra italiana por casualidad. En efecto, su cultivo mayoritario desde hace dos siglos se da en Bérgamo, desde donde se difundió y tomó popularidad entre la población, si bien es cierto que existen ya otras plantaciones en España, Chile y Estados Unidos. Aun así, su procedencia se localiza en la conocida como Asia tropical.

bergamota planta

Beneficios de la bergamota

Además del sabor peculiar al que nos hemos referido, la bergamota cobró gran importancia en su momento por los múltiples beneficios que la tradición popular le ha asignado sobre el organismo; beneficios, dicho sea de paso, que la medicina ha terminado de constatar y corroborar, convirtiéndola en una poderosa alternativa natural a los medicamentos de base química. Sus efectos bondadosos son perfectamente visibles tanto desde dentro como desde fuera, así que quizá nos animemos a consumir este fruto después de saber cuáles son sus ventajas.

Una de las partes del cuerpo más agradecidas de la aplicación de la bergamota es el cabello. Ya quisieran muchos productos artificiales ser tan beneficiosos como este cítrico. Según se ha podido comprobar, la bergamota actúa como un poderoso anti grasas en el cabello. Sus compuestos equilibran el pH y controlan la secreción de sebo, evitando enfermedades futuras como la dermatitis seborreica, la dermatitis o la psoriasis. En el mismo plano, los especialistas la recomiendan por su capacidad hidratante desde las raíces hasta las puntas. La sobrada presencia de vitamina C en la bergamota hace que el pelo esté más hidratado y sea más resistente, además de limpiarlo. Por último, se ha demostrado que el uso frecuente de la bergamota en el cabello favorece su crecimiento.

Los mismos compuestos que hacen de este cítrico un fiel protector del pelo lo convierten igualmente en un aliado perfecto para la piel. Sus capacidades antisépticas y antibacterianas ayudan a mantener la piel totalmente limpia y sana, además de actuar como un poderoso cicatrizante. En un sentido más estético, las propiedades de la bergamota ayudan a la desaparición de las manchas de la piel y a suavizar las marcas más acentuadas de cicatrices pasadas. Quizá algunos hayan leído acerca de sus ventajas como bronceador, pero lo cierto es que la medicina demostró hace ya más de medio siglo que lo que parece bronceado en realidad es quemado, por lo que podría dar lugar a enfermedades más serias de la piel.

Por último, su aroma potente no pasa desapercibido. Más de la mitad de las colonias de hombre y mujer llevan un porcentaje de bergamota. En lo relativo a la salud, su inhalación ayuda a quienes padecen de depresión y dolencias en el sistema respiratorio.

te de bergamota

Cómo usar la bergamota

Para aplicar la bergamota y disfrutar de sus ventajas podemos recurrir bien a los aceites esenciales que se extraen de su jugo y su piel o, sencillamente, podemos exprimirla y usar su zumo, aunque su consumo directo no es del todo agradable. Sus aceites pueden mezclarse con cremas, geles y champús para que actúe sobre el cabello y la piel. Su jugo se puede verte en un difusor de humo para inhalarlo. Si queremos tomarla, el té es nuestra mejor opción.

¿Qué es un té de bergamota?

Curiosamente no hablamos de té de bergamota como tal, sino de té Earl Grey, que es quizá el más conocido entre la comunidad de consumidores de té por ser el tradicionalmente inglés. La mezcla de té negro con este cítrico aromático hace las delicias sus adeptos acérrimos. Lo mejor de todo es que prepararlo es muy sencillo.

En un recipiente con agua caliente (90-95°C) infusionamos 2-3 gr de té negro Earl Grey por cada 200 ml de agua. Después de 3-5 minutos, retiramos las hojas de té. !El té ya está listo!